En Anoeta no le anularon ningún tanto por fuera de juego y los dos que firmó fueron dos obras de arte, el primero sentando a Zubeldia y un misil cruzado y en el segundo engañando a Remiro: cuando parecía que se la iba a mandar por el palo prolongado, se https://epicurusg196wdk1.blogdosaga.com/profile