Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://tedoohg782514.blog2freedom.com/38621850/qué-declaró-zidane-después-del-cabezazo